jueves, 19 de marzo de 2020

... y llegó la segunda "evaluación".

A la atención de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, desde el consejero hasta el grupo de personas que representan los últimos puestos en ella: directores/as generales, jefes/as de servicio,...

Me permito escribirles estas palabras para transmitir el sentimiento de indefensión en el que nos sentimos los docentes e intentar, si tienen a bien, hacerles una propuesta.

Cuando se elabora una orden, una instrucción, una ley, un decreto, siempre hay un apartado que sirve de preámbulo a las disposiciones o articulado concreto. Voy a intentar realizar el mismo esquema, para ver si se entienden mejor mis palabras.

Propuesta de 19 de marzo de 2020 sobre la homogeneización de los procesos de información y comunicación a las familias de los resultados de la segunda evaluación teniendo en cuenta las características específicas actuales debidas al COVID-19.

La Consejería de Educación y Deporte de la Junta de Andalucía, hizo pública una Instrucción de 13 de marzo de 2020, de la viceconsejería de educación y deporte, relativa a la suspensión de la actividad docente presencial en todo el sistema educativo andaluz por Orden de 13 de marzo de 2020 de la Consejería de Salud y Familias.

En esta Instrucción, en su apartado 3.7, menciona que: "En los casos en que sea posible, se informará a las familias de los trabajos, tareas y pruebas a realizar por los alumnos a través del Cuaderno de Séneca, para que puedan llevar un seguimiento del trabajo del alumnado."

Por otra parte, en la instrucción Cuarta, relativa a la Información a las familias y al alumnado sobre el proceso de evaluación expone que: "En el caso de coincidir el periodo de suspensión con las fechas establecidas por el centro, en su planificación, para trasladar a las familias y al alumnado el resultado de la evaluación continua, se arbitrarán las medidas para hacerles llegar esta información en los mismos términos establecidos en la instrucción tercera."

Además de lo anterior, se ha de tener en cuenta las distintas órdenes emanadas desde esta Consejería relativas al proceso de evaluación e información a las familias en las distintas etapas que conforman nuestro sistema educativo.  En concreto, para la etapa de Educación Primaria, la Orden de 4 de noviembre de 2015, por la que se establece la ordenación de la evaluación del proceso de aprendizaje del alumnado de Educación Primaria en la Comunidad Autónoma de Andalucía; para la etapa de Secundaria Obligatoria, la Orden de 14 de julio de 2016, por la que se desarrolla el currículo correspondiente a la Educación Secundaria Obligatoria en la Comunidad Autónoma de Andalucía, se regulan determinados aspectos de la atención a la diversidad y se establece la ordenación de la evaluación del proceso de aprendizaje del alumnado, y para la etapa de Bachillerato la Orden de 14 de julio de 2016, por la que se desarrolla el currículo correspondiente al Bachillerato en la Comunidad Autónoma de Andalucía, se regulan determinados aspectos de la atención a la diversidad y se establece la ordenación de la evaluación del proceso de aprendizaje del alumnado.

Los centros docentes de la Comunidad Autónoma de Andalucía deberían establecer un mismo protocolo para evitar la disparidad en la información a las familias, plazos distintos, evitando así dar una imagen de caos y anarquía en cuanto a la relación entre el centro docente y los receptores de la información que se vaya a transmitir. Todo ello sin menoscabo de lo recogido en las distintas órdenes sobre la autonomía pedagógica de los centros.

Es por tanto que, a partir de esta normativa, se proponen las siguientes medidas articuladas.

1.- En la Educación Primaria, y de acuerdo al artículo 6.3 donde se menciona: que al menos tres veces a lo largo del curso, las personas que ejerzan la tutoría informarán por escrito a los padres, madres o personas que ejerzan la tutela del alumnado sobre el aprovechamiento académico de éste y la evolución de su proceso educativo, y que esta información se referirá a los objetivos establecidos en el currículo y a los progresos y dificultades detectadas en el proceso de aprendizaje, se podrá enviar un informe en el que conste dichos progresos o dificultades, si bien no es necesario realizarlo en estos días anteriores a periodo vacacional del segundo trimestre, pudiéndose hacer una vez terminado el periodo de confinamiento y cierre de los centros debido al COVID-19.  Es potestad del centro poder hacerlo, y desde esta propuesta, se anima a ello, ya que no se incumple la normativa si la segunda evaluación se realiza durante los próximos meses.  En cuanto a la calificación, al no ser obligatoria hasta la finalización del curso escolar, se le propone al centro que en el mes de mayo se haga la segunda evaluación (evaluación cualitativa) y a finales de junios la final o cuantitativa.

Ambas informaciones se realizarán por escrito, y en la tercera se incluirán las calificaciones de cada materia y la decisión sobre la promoción del alumnado.

2.- En la Educación Secundaria Obligatoria, y de acuerdo con la orden mencionada y con la libertad pedagógica del centro, se retrasa también la información a las familias en los mismos términos expresados en el apartado anterior. Esto queda recogido en el artículo 17.6 de dicha Orden, aunque en este caso, sí hay que incorporar una calificación.  Sin embargo, también da la posibilidad a los centros de que, dentro de su libertad pedagógica, programe las sesiones de evaluación dependiendo de sus necesidades.

3.- La Etapa del Bachillerato se regirá por las mismas orientaciones que se han mencionado  para la ESO.

4.- El resto de etapas educativas (FP, Enseñanzas de Régimen Especial,... ) recogerán también estas mismas propuestas.

Concreción:

1.- Se propone a los centros docentes, la suspensión de cualquier comunicación referente a la segunda evaluación (con o sin calificación) hasta la reincorporación y apertura de los centros educativos o periodo similar, siendo la propuesta general realizar dicha comunicación tras la reincorporación a los centros de trabajo y dando un periodo de tiempo suficiente para evaluar al alumnado y poder así emitir el informe.

2.- Tanto los centros educativos como la propia Consejería darán difusión a esta medida pedagógica y administrativa debido a las circunstancias que estamos viviendo en la actualidad.

3.- Los centros que, dentro de su libertad pedagógica arbitren otras medidas, deberán comunicarlo tanto al servicio de inspección como a la propia Consejería para su conocimiento.


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Este escrito no es más que una propuesta que personalmente considero razonable y que muchos de los centros y de los propios docentes estarían de acuerdo en ratificar.  Mi única intención es aportar un pensamiento que, desde la normativa y la legalidad pueda solventar el problema de la segunda evaluación en estos momentos.


Y quisiera acabar con una pregunta: ¿De verdad es tan necesario dar en estos momentos una nota que no va a transmitir prácticamente nada?
¿De verdad que es tan importante hacerlo ahora?





martes, 17 de marzo de 2020

La cordura-virus educativa.

A raíz de la anterior entrada, sobre lo que está aconteciendo en este periodo lectivo no presencial son muchas las personas que están haciendo comentarios sobre cómo se están desarrollando las actuaciones.

Ante esto, y como siempre, desde el respeto a los demás, y siguiendo mi propio punto de vista, quisiera hacer algunos comentarios.

1.- Envío de fichas que se imprimen, se hacen, se escanean/fotografían, se envían por correo al profesorado, se corrigen, se califican, se evalúan, se les vuelve a enviar a las familias/alumnado,...

Evidentemente no estoy en contra de esto, aunque me reservo la opinión de que realmente sea efectivo y de que sea la mejor fórmula.

Aunque pensándolo bien, no estoy en contra de parte de esto.

Cuando yo me planteo este sistema de trabajo, tengo que ser consecuente. Tengo que preparar bien las fichas, de una forma clara. Tengo que pensar  en TOD@S Y CADA UN@ de esas personas que van a recibir esa ficha, en si va a ser necesario que tengan impresora (no todo el mundo tiene impresora, tinta,...)

¿Y cuál es la parte de la que no estoy en contra? Pues de la parte correspondiente a la retroalimentación del trabajo. Es decir, de la parte en la que yo, como docente, le digo a ESE alumno o a ESA alumna lo bien que lo ha hecho, todo lo que se ha esforzado, ... qué es lo que le ha faltado, ...

Pero cuidado, este sistema no puede contemplar la misma ficha para los 25 alumnos y alumnas de mi clase. Estamos homogeneizando un trabajo en el que el respeto a la diversidad está desaparecido.  Es más, seguro que estamos pensando en tipos de fichas basadas en los contenidos, en que no pierdan tiempo porque con esto no voy a dar todos los temas o todas las "cosas" que tendría que dar. Si hago esto, debo hacerlo conscientemente, y saber que lo estoy haciendo a sabiendas de que no estoy respetando las personalidades e individualidades de mi alumnado.

2.- Reproducción del horario lectivo en el salón de casa.

¿De verdad vamos a obligar a las familias y al alumnado a estar de 9 a 14 horas, con recreo (por si acaso queremos tomar una galleta y coger fuerzas) en el salón de su casa haciendo tareas del cole?

¿De verdad vamos a castigar a las familias?

Una compañera me comentaba que desde que se ha levantado no ha hecho otra cosa que copiar las fichas que desde el centro habían mandado, y que estaba hasta.... Tenía la sensación de que estaban castigando a las familias solo porque el profesorado tenía miedo de que desde inspección, equipos directivos, o desde el sentimiento de "es que no estamos de vacaciones".  Y es cierto, tanto lo de estamos castigando a las familias, como lo de tenemos miedo por si nos tiran de las orejas diciendo que no hemos trabajado. Ante esto, el pensamiento es: "yo mando, aunque sea una relación de actividades del libro y con eso cumplo". A este pensamiento se le puede sumar otro consistente en "ya veremos cuando volvamos lo que hacemos y/o repasamos y/o corregimos."

3.- El tratamiento específico del alumnado NEAE y/o AACC.

Dentro de nuestro alumnado ya han caído las primeras víctimas, y son estos alumnos y alumnas. En nuestro planteamiento, y como ya he mencionado antes, hemos tendido a la homogeneización, lo que implica la desatención de estos grupos.

Claro, si ya desde nuestra labor presencial los estamos descuidando,... (sin más comentarios).


Como ya sabéis, no me gusta hablar y criticar (en el buen sentido de la palabra) cosas sin ofrecer una alternativa a aquello que veo mejorable desde mi punto de vista.


1.- Lo que quiero para mí, lo quiero para mi alumnado y sus familias.

No quiero estar en un horario largo, haciendo fichas más o menos aburridas y que a veces lo que reflejan son unas actividades que ni siquiera se han visto en clase. Por lo tanto, abogo por compartir con ellos y ellas (compartir, que no MANDAR) una serie de actividades a desarrollar semanalmente en su caso o cuando ellos puedan.

2.- Más que avanzar en conocimientos vamos a desarrollar y profundizar en capacidades.

No se trata de realizar muchas cuentas, analizar muchas frases, hacer muchos dibujos,... no. De lo que se trata, es de desarrollar habilidades. Actividades que sean de desarrollo oral (contar cuentos, acabar historias,.... ) juegos que impliquen calcular numeraciones,... viajar por un atlas,...

Para esto no hacen falta medios tecnológicos (si se tienen, perfecto) ni descargarse pdf para imprimir. Además estamos trabajando las capacidades, no los contenidos correspondientes a un curso concreto. Esto implica también el respeto a la capacidad personal de cualquier persona, tipo de alumnado etc. No me hace falta ninguna adaptación para realizar las actividades con ellos y ellas.

3.- Interrelación entre la familia y el docente.

Puede ser también entre el alumnado y el docente, dependiendo de la edad y/o preparación del alumnado.

En este punto voy a ser claro y contundente. La relación entre familia y docente no puede ser unívoca, no debe ser exclusivamente "yo docente mando tarea" y "la familia realiza lo que he mandado".

No.

Debe haber una comunicación fluida entre familia y docente. Aunque los docentes estemos también confinados, estamos a disposición de nuestros niños y niñas. Somos docentes y eso se ha demostrado cuando en un fin de semana hemos sido capaces de hacer todo lo que hemos hecho (mejor o peor) para que el lunes nuestros alumnos pudieran "continuar" con las clases. Nos hemos empapado de programas de video-conferencias, hemos buscado páginas de recursos y hemos seleccionado las más adecuadas,... hemos pasado horas y horas pensando en nuestros chavales y chavalas quitando ese tiempo a nuestras propias familias. Pero de eso no nos hemos quejado, que conste.

La comunicación docente -> familia /alumnado debe consistir en un fine feed back que ayude al desarrollo de todo lo que se quiere lograr con el alumnado, y hacer una buena orientación para los próximos retos.

Para concluir, solo felicitar a todo ese profesorado que ha puesto todo su material a disposición de los demás y que ha "gastado su tiempo libre" en organizar, formarse, estructurar todo aquello que piensa que es mejor para su alumnado.

Mi felicitación para ellos y ellas.

domingo, 15 de marzo de 2020

Coronavirus, periodo lectivo no presencial y la evaluación de las tareas.

Antes de comenzar, quiero dejar claro a las personas que están leyendo esto que:
1.- Todo lo que se expone a continuación (salvo la normativa) son ideas propias de las cuales yo soy el responsable.
2.- Siempre que hago un comentario sobre algo, intento basarlo en aspectos normativos o pedagógicos, nunca lo hago "porque sí".

Dicho esto, vamos a comenzar con una cronología de los hechos.

13 de marzo de 2020


2. Los equipos docentes adaptarán las tareas y actividades de manera que puedan ser desarrolladas por el alumnado en su domicilio, informándose de la forma en que llevarán a cabo la presentación y entrega de las mismas. Para ello, preferentemente se utilizarán medios electrónicos como pueden ser las herramientas Séneca/Pasen y el resto de aplicaciones utilizadas habitualmente para la comunicación con la comunidad educativa.

6. Los centros educativos facilitarán al alumnado y a las familias información en relación con los diversos recursos disponibles, para que puedan apoyar el proceso de enseñanza- aprendizaje desde sus domicilios.

7. En los casos en que sea posible, se informará a las familias de los trabajos, tareas y pruebas a realizar por los alumnos a través del Cuaderno de Séneca, para que puedan llevar un seguimiento del trabajo del alumnado.

8. En todo caso, se facilitará a las familias el acceso al material didáctico que sea necesario para la continuidad de los procesos de enseñanza-aprendizaje.

Cuarta. Información a las familias y al alumnado sobre el proceso de evaluación.

En el caso de coincidir el periodo de suspensión con las fechas establecidas por el centro, en su planificación, para trasladar a las familias y al alumnado el resultado de la evaluación continua, se arbitrarán las medidas para hacerles llegar esta información en los mismos términos establecidos en la instrucción tercera.

14 de marzo de 2020.

1. Los centros educativos permanecerán cerrados. El seguimiento de las actividades educativas se hará, cuando sea posible, por medios telemáticos.


Artículo 9. Medidas de contención en el ámbito educativo y de la formación.
1. Se suspende la actividad educativa presencial en todos los centros y etapas, ciclos, grados, cursos y niveles de enseñanza contemplados en el artículo 3 de la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación, incluida la enseñanza universitaria, así como cualesquiera otras actividades educativas o de formación impartidas en otros centros públicos o privados.
2. Durante el período de suspensión se mantendrán las actividades educativas a través de las modalidades a distancia y «on line», siempre que resulte posible.

Bien, hasta aquí la normativa (andaluza) y el Real Decreto.

Vamos a analizar un poquito.

1.- El tema de las tareas, actividades educativas "on line" y similares.

En ningún momento, en ninguna de las normas revisadas y expuestas anteriormente, se dice que haya que atiborrar al alumnado a hacer ejercicios,  actividades, trabajos, .... sino que lo que encontramos es que "se mantendrán"(RD) o que "se adaptarán las tareas". Evidentemente, si uno lo que hace en clase es explicar un tema, mandar las tres o cuatro actividades del libro y al acabar el tema les planteo un examen,... está claro. Esa adaptación es del estilo: lee el texto de la página tal, realiza las actividades tales y,... hummmm , anda, ¿y el examen? Vaya. Con eso no contaba. No puedo hacer exámenes "on line".

En mi opinión, no se trata de trasladar un sistema presencial a un sistema virtual. No es hago un pdf o una foto a mi cuaderno de clase y lo envío por la plataforma que sea.

Tenemos un gran peligro, la saturación de recursos en red. Cuidado que no es dar un repositorio de 50.000 páginas donde viene explicado cómo despejar la "x" de una ecuación.

2.- El tema de la disponibilidad del docente ya que "no se está de vacaciones".

Por supuesto que no estamos de vacaciones. Todo el tema de que había que estar disponible de 9 a 2 y estar "enganchados" a la plataforma que sea no viene de un pensamiento respetuoso y de confianza hacia el profesorado. Es de un pensamiento mal intencionado y que sigue creyendo que la labor que hacemos es fácil, que la puede hacer todo el mundo, que cobramos mucho y trabajamos poco, que tenemos muchas vacaciones,... y que si se cerraban los centros educativos era para dar quince días de vacaciones. Y claro, al no ir los niños y niñas, ... "había que buscar un sistema o un trabajo para que no estuvieran de vacaciones aumentadas".

Pero resulta que ahora ha cambiado la cosa.  Con el RD, no solo los docentes son los que no van a los centros de trabajo, sino que prácticamente casi nadie va.  ¿Se va a comentar también que los empleados de la banca, o de correos, o de .... van a estar de vacaciones estos quince días? Seguramente no se comente, pero eso ya sería otro tema y que yo no voy a comentar.

Yo estoy pensando en concreto en una persona, docente, con dos hijos a su cargo, que tiene que atenderlos, encargarse de su casa, hacer el "teletrabajo" de los 25 alumnos que tiene, ...

No me parece correcto. Los docentes también tenemos familia, tenemos hijos y tenemos que atenderlos.

¿No es lógico y natural que cada familia aproveche este tiempo para hacer sus relaciones familiares más fuertes? ¿No es un momento propicio para hacer "conciliación familiar" ? (Y por supuesto, los docentes también tenemos que hacer conciliación familiar:  Durante el tiempo de clase no estamos con la familia, durante las tardes tenemos formación y tampoco podemos estar con la familia, los fines de semana estamos preparando trabajo o corrigiendo los ya hechos,...)


3.- La evaluación y la calificación de las tareas.

Prometo que he mirado la instrucción palabra por palabra y NO he encontrado nada que haga referencia a la calificación de esas tareas mandadas durante este tiempo. Y digo calificación, porque seguro que muchos docentes es lo que quieren hacer al final, calificar aquello que han enviado: "En la ficha del tema 8 tienes un 7". Cuando volvamos seguimos con el tema 9 y tiramos para adelante.

No se debería en estos momentos mandar actividades sobre contenidos (es mi pensamiento), sino hacer recomendaciones a la familia para que estén con los hijos e hijas haciendo COOPERATIVAMENTE actividades que permitan desarrollar habilidades que faciliten un trabajo posterior.

Vuelvo a decir que no debemos estar preocupados por dar todos los contenidos, ni en primaria, ni en secundaria. El currículo que tenemos es tan repetitivo que la mayor parte de las cosas se vuelven a ver al año siguiente.

Este tiempo de parón, dure lo que dure, no debe incidir en un sobre-trabajo del docente, lo mismo que no debe convertirse en un campo de concentración (por aquello de que no va a poder ni salir al patio") para el alumnado, que va a reproducir en su casa el mismo horario que tenía en el centro educativo, y que en lugar de estar cinco horas sentado en una silla "verde y dura" va a estar esas cinco horas en una un poco más cómoda.


Quiero acabar esta entrada con un tema que me preocupa. Si vamos a atiborrar al alumnado a actividades, ¿vamos a evaluar y calificar lo que haya hecho durante todos estos días de una forma coherente? ¿Le vamos a ofrecer. tanto al alumnado, como a las familias (que seguro que habrán participado en la ejecución de dichas tareas) un buen feedback sobre lo realizado? Yo estoy pensando en una profesora en concreto: especialista de música con seis clases de 25 alumnos y alumnas en cada una, más la tutoría suya (25 alumnos y alumnas en las áreas de lengua, matemáticas, sociales, naturales,...)

Si va a ser poner un numerito a cada ficha,... puede que en una tarde se lo ventile, pero una auténtica evaluación,....


En definitiva, y para cumplir con la normativa y ser coherente con lo que pienso, yo no mando un pdf diario con una relación de actividades concretas. Yo facilito una serie de recursos diciendo para qué van a ser necesarios, y haciendo mucho hincapié en la fundamentación de ese recurso. Como estoy seguro que habrá familias con recursos que sean capaces de ver, trabajar, completar, etc lo que yo sugiero, voy a adelantar no sólo en conocimiento y en recursos, sino en la información que tienen las familias de la evolución de sus hijos e hijas.

Pero también estoy seguro que hay alumnos y alumnas que por falta de medios, por dejadez (propia o de la familia) o por cualquier otra circunstancia no van a realizar nada de lo propuesto, al regreso a clase me voy a encontrar con niveles de desarrollo completamente distintos.

Por no hablar de aquellos alumnos y alumnas que tienen alguna "adaptación" (qué poquito me gusta ese término), ya sea por ANEAE, AACC,... ¿Vamos a tener en cuentas también a este alumnado en la preparación de esas maravillosas actividades que vamos a mandar con carácter general?

¿Y qué hago?

Pues mi sugerencia está clara: trabajo cooperativo. Planteo el trabajo en clase durante un tiempo a base de que los que han avanzado se encarguen de sus compañeros, simplemente porque me importa más cada uno de mis alumnos o alumnas que adelantar temas, acabar currículo o cualquier otra cosa que no sea tratar a cada uno o una como una persona.