sábado, 30 de septiembre de 2017

Si la decepción tuviera nombre... (La calificación gana por goleada)

Quizás esa frase no diga mucho, pero... es así como pienso.

Nuestra Consejería ha apostado más por la calificación que por la evaluación. Eso, para mí, supone una decepción.

El pasado miércoles, 27 de septiembre de 2017, tuve la gran suerte de asistir a una reunión en la Consejería de Educación, en Sevilla. En ella se presentaba "El nuevo cuaderno del profesor", (¿cuaderno del "PROFESOR"? ; creo que era más correcto decir "Cuaderno del profesorado", pero en fin). Dicho cuaderno está incorporado a una app denominada iSen.

En esa app hay una parte nueva en la que a las actividades evaluables se pueden relacionar con los criterios de evaluación o con los indicadores (dependiendo de lo que nosotros hayamos elegido con anterioridad).

¿Cómo se recoge esa "evaluabilidad" de las actividades?...

Pues sí. mediante una nota. Una nota comprendida en el intervalo entre 1 y 10. Es decir. Calificación.

Y esa calificación se traspasa directamente, por arte de los bites, al indicador o criterio que hayamos elegido o asociado.

Una vez más, la calificación/clasificación del alumnado gana por goleada.

Ahora seremos los docentes de a pie los que nos tendremos que romper la cabeza ( y nuestras maravillosas ideas sobre la evaluación ) haciendo de tripas corazón, para que desde nuestra perspectiva competencial, donde mi rúbrica me permite saber cómo puedo atender mejor a cada persona,  pueda, en contra de toda mi creencia, poner una calificación.

Ya que tenemos las cosas claras, de lo que nos piden, habrá que darle un par de vueltas.
Ideas no faltan.
          Primero: En el caso de primaria, elegir si se va a trabajar/evaluar/calificar por indicadores o criterios.
          Segundo: Establecer una ponderación y/o secuenciación.
          Tercero: Decidir si se va a rubricar en base 3, en base 10, en base 7/10,...
          Cuarto: ...

Tranquilidad, que piano piano se arriba lantano.

miércoles, 13 de septiembre de 2017

Evaluación en la secundaria. Una propuesta.

Hemos comenzado ya el curso 2017/2018. Este año se plantean nuevos retos y uno de ellos, sobre todo en Andalucía, que es desde donde escribo y trabajo, es que nos tenemos que imbuir en la tarea de realizar las cosas teniendo en cuenta las competencias clave.

Para mí, el trabajo docente por competencias tiene tres patas fundamentales, y las tres están tan relacionadas entre sí que es imposible tratar una sin las otras dos. Estas tres patas mencionadas son: la programación, la metodología y la evaluación.

La programación es un elemento fundamental, y además es el marco donde tendremos que desarrollar los otros dos aspectos mencionados. Para los docentes que trabajan en Andalucía no les sonará extraño el nombre de "Séneca", que nombramos varias veces al día sin referirnos al famoso filósofo romano. Séneca es el programa que aglutina "todo" lo que en educación debe quedar reflejado desde los centros educativos. Supongo que otras comunidades españolas y en otros lugares del mundo habrá  programas basados en la web con idéntica función. Pues bien, nuestro querido programa recoge este año un apartado para hacer las programaciones, lo que denominamos UDI (Unidad Didáctica Integrada). Es el lugar donde a partir de ahora deberemos ir colocando todo lo que programemos. Por supuesto es una herramienta que nos facilita hacer la labor de elegir criterios de evaluación, contenidos, estándares, etc, que vamos a ir seleccionando para nuestra UDI.

Entre los apartados que se desarrollan está presente uno para colocar y/o explicar qué metodología vamos a realizar para su desarrollo. Para mí ese un apartado importante, y yo, que soy defensor de las metodologías activas, lo considero un aspecto fundamental. Pero en esta entrada no quiero abordar el tema de la metodología, así que lo dejo para una próxima entrada.

Dentro del profesorado de secundaria hay una gran preocupación por el tema de las competencias y de la evaluación. Cuando una cosa no se ve clara hay muchas reticencias para cambiar un sistema de evaluación/calificación que nos ha permitido hasta ahora permanecer en una zona de confort que nos permite tener la conciencia tranquila y diciéndonos que lo estamos haciendo bien. Podemos buscar fundamentación en multitud de sitios para no movernos de ese sofá, que si el informe "pisa", que si la prueba de cuarto de secundaria, que... pero resulta que ese antiguo sofá de escay ya está un poco desgastado y quizás cojea.

Partiendo de que la normativa establece que la evaluación ha de ser criterial, es es este aspecto del currículo donde nosotros debemos hacer énfasis a la hora de trabajar. No se trata ya de evaluar y/o calificar contenidos. Los contenidos están dentro de los criterios de evaluación, así que no puedo agarrarme a ellos para realizar una valoración del alumnado.

Desde mi punto de vista os puedo proponer un sistema de evaluación que desemboca en la calificación del alumnado, si es eso lo que realmente nos preocupa.

Yo parto desde el análisis de los criterios de evaluación. Con ese análisis, y ayudándome de los estándares que vienen asociados a ellos, lo que elaboro es una rúbrica en tres, cuatro o cinco grados. Si mi propuesta es la rúbrica de tres grados, por ejemplo, el alumno o alumna que cumpla totalmente ese criterio estaría en el grado tres, el que cumpla una parte, en el dos y el que cumpla muy poco de lo que he marcado, estaría en el grado 1.

Al mismo tiempo, asocio a ese indicador un instrumento de evaluación, que puede ser cualquiera dxi los cientos que hay, desde una prueba escrita, la realización de un trabajo, una exposición oral, la observación directa, el registro anecdótico,...

Y, entonces me preguntaréis que dónde queda eso de "entrega el trabajo a tiempo", "la limpieza y el orden, etc. Mi propuesta es que eso se incluya en una rúbrica del instrumento que hemos asociado a ese indicador.  Por lo tanto, yo puedo hacer una rúbrica del instrumento que tenga, por ejemplo, tres apartados: uno primero al que le voy a dar el 80 % del valor total y que sería el grado con respecto a la rúbrica del indicador, un segundo apartado al que le voy a dar un 10 % del valor va a ser los plazos de entrega y el otro 10% restante se lo asigno a temas como la presentación,. estructura, etc.

En un principio parece muy complicado, pero es simplemente cambiar un poco la mentalidad y cuando una persona se acostumbra a evaluar y calificar de esta forma no resulta tan difícil ni tan farragoso como es intentar explicarlo desde aquí.


viernes, 1 de septiembre de 2017

Una idea loca que enlaza con ideas locas. (Parte 1)

Antes que nada déjenme que les pida perdón. ¿Por? Pues por usar este espacio como folio en blanco donde reflejo pensamientos locos.

Idea loca: No podemos ejercer una docencia en pleno siglo veintiuno con unos medios y una metodología del siglo diecinueve.

Primera de las ideas locas asociadas: Los papagayos y las cacatúas están mejor en su hábitat natural. Hay un modelo de pensamiento docente que propugna que lo que hay que hacer es transmitir conocimientos, ya que mediante los conocimientos una persona puede "defenderse" en el mundo en que estamos.  Desde el respeto a esta forma de pensar, quisiera decir que "una persona" no puede defenderse, sino que tiene que "atacar este mundo". La vertiginosa velocidad a la que cambia nuestra sociedad hace inviable que solo con conocimientos se inserte uno y sea un miembro adaptado al mundo real.

Segunda de las ideas locas asociadas: El exo-conocimiento frente a los contenidos aprendidos. No seré yo quien diga que la memoria es algo inútil, por supuesto que no. Hay ciertos aspectos que tienen que desarrollarse, utilizarse, ampliarse, madurarse, ... y entre ellos está la memoria. Y ese desarrollo y uso es importante en toda nuestra vida. Pero habría que conocer qué es lo que realmente hay que guardar en nuestra memoria. He mencionado una palabra rara (inventada por el que escribe, ya que no creo que exista) con la cual quiero agrupar toda esa parte de la sapiencia universal que podemos encontrar ahora en el mundo paralelo de lo digital : exo-conocimiento.  Aprender de memoria ciertos contenidos puede tener (a mi modo de entender) dos finalidades: una primera es la de establecer un colchón de conocimientos que me permitan actuar, resolver, integrar; y una segunda que sería la de entrenar la memoria. ¿Realmente sirve aprenderse (como se hacía antes y yo lo sufrí en propias carnes) las doce tribus de Israel? ¿O la lista de los reyes godos? ¿O todos los afluentes por la margen derecha e izquierda del Ebro? La respuesta la tengo clara: si era para fomentar la memoria "acepto pulpo..." Si se pretendía otra cosa, (entre ellas poner una calificación a mi sapiencia)... lo siento, pero no estoy de acuerdo. Ahora mismo tengo ese exo-conocimiento que en décimas de segundo me dice la lista de los reyes, las tribus o los afluentes y con ello resuelvo la duda y solvento la causa de esa búsqueda.



No quiero alargar esta entrada ya que se hace pesada una lectura larga. Prefiero hacer una próxima con las siguientes ideas locas asociadas a la primera. De todas maneras, os puedo adelantar que los contenidos no salen muy bien parados. ¿Será mejor introducir estrategias para que cada uno cree estrategias para ....? Es decir, usar el aprendizaje de los contenidos básicos para desarrollar las estrategias.

Continuará.