Hemos comenzado ya el curso 2017/2018. Este año se plantean nuevos retos y uno de ellos, sobre todo en Andalucía, que es desde donde escribo y trabajo, es que nos tenemos que imbuir en la tarea de realizar las cosas teniendo en cuenta las competencias clave.
Para mí, el trabajo docente por competencias tiene tres patas fundamentales, y las tres están tan relacionadas entre sí que es imposible tratar una sin las otras dos. Estas tres patas mencionadas son: la programación, la metodología y la evaluación.
La programación es un elemento fundamental, y además es el marco donde tendremos que desarrollar los otros dos aspectos mencionados. Para los docentes que trabajan en Andalucía no les sonará extraño el nombre de "Séneca", que nombramos varias veces al día sin referirnos al famoso filósofo romano. Séneca es el programa que aglutina "todo" lo que en educación debe quedar reflejado desde los centros educativos. Supongo que otras comunidades españolas y en otros lugares del mundo habrá programas basados en la web con idéntica función. Pues bien, nuestro querido programa recoge este año un apartado para hacer las programaciones, lo que denominamos UDI (Unidad Didáctica Integrada). Es el lugar donde a partir de ahora deberemos ir colocando todo lo que programemos. Por supuesto es una herramienta que nos facilita hacer la labor de elegir criterios de evaluación, contenidos, estándares, etc, que vamos a ir seleccionando para nuestra UDI.
Entre los apartados que se desarrollan está presente uno para colocar y/o explicar qué metodología vamos a realizar para su desarrollo. Para mí ese un apartado importante, y yo, que soy defensor de las metodologías activas, lo considero un aspecto fundamental. Pero en esta entrada no quiero abordar el tema de la metodología, así que lo dejo para una próxima entrada.
Dentro del profesorado de secundaria hay una gran preocupación por el tema de las competencias y de la evaluación. Cuando una cosa no se ve clara hay muchas reticencias para cambiar un sistema de evaluación/calificación que nos ha permitido hasta ahora permanecer en una zona de confort que nos permite tener la conciencia tranquila y diciéndonos que lo estamos haciendo bien. Podemos buscar fundamentación en multitud de sitios para no movernos de ese sofá, que si el informe "pisa", que si la prueba de cuarto de secundaria, que... pero resulta que ese antiguo sofá de escay ya está un poco desgastado y quizás cojea.
Partiendo de que la normativa establece que la evaluación ha de ser criterial, es es este aspecto del currículo donde nosotros debemos hacer énfasis a la hora de trabajar. No se trata ya de evaluar y/o calificar contenidos. Los contenidos están dentro de los criterios de evaluación, así que no puedo agarrarme a ellos para realizar una valoración del alumnado.
Desde mi punto de vista os puedo proponer un sistema de evaluación que desemboca en la calificación del alumnado, si es eso lo que realmente nos preocupa.
Yo parto desde el análisis de los criterios de evaluación. Con ese análisis, y ayudándome de los estándares que vienen asociados a ellos, lo que elaboro es una rúbrica en tres, cuatro o cinco grados. Si mi propuesta es la rúbrica de tres grados, por ejemplo, el alumno o alumna que cumpla totalmente ese criterio estaría en el grado tres, el que cumpla una parte, en el dos y el que cumpla muy poco de lo que he marcado, estaría en el grado 1.
Al mismo tiempo, asocio a ese indicador un instrumento de evaluación, que puede ser cualquiera dxi los cientos que hay, desde una prueba escrita, la realización de un trabajo, una exposición oral, la observación directa, el registro anecdótico,...
Y, entonces me preguntaréis que dónde queda eso de "entrega el trabajo a tiempo", "la limpieza y el orden, etc. Mi propuesta es que eso se incluya en una rúbrica del instrumento que hemos asociado a ese indicador. Por lo tanto, yo puedo hacer una rúbrica del instrumento que tenga, por ejemplo, tres apartados: uno primero al que le voy a dar el 80 % del valor total y que sería el grado con respecto a la rúbrica del indicador, un segundo apartado al que le voy a dar un 10 % del valor va a ser los plazos de entrega y el otro 10% restante se lo asigno a temas como la presentación,. estructura, etc.
En un principio parece muy complicado, pero es simplemente cambiar un poco la mentalidad y cuando una persona se acostumbra a evaluar y calificar de esta forma no resulta tan difícil ni tan farragoso como es intentar explicarlo desde aquí.
miércoles, 13 de septiembre de 2017
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